Nina y Diego

Nina y Diego

Desde: 🇮🇹 Italia + 🇧🇴 Bolivia

Edades: 29 y 30

Idiomas hablados: italiano, español

Ubicación actual: Buenos Aires, Argentina

Niña: Lucía, 3 años

Historia: Le enseñan a su hija italiano y español boliviano a través de cuentos, comida y llamadas familiares.


¿Puedes describir los antecedentes lingüísticos de tu familia?
Nina es de Roma y creció hablando italiano en casa y aprendiendo inglés en la escuela. Diego es de Cochabamba y habla español boliviano, con un poco de quechua de sus abuelos. Nos conocimos mientras estudiábamos en Argentina, donde el español es el idioma principal. Así que provenimos de dos raíces lingüísticas fuertes, pero diferentes.

¿Qué idiomas utilizáis, cómo y dónde y cómo decidisteis esa mezcla?
Usamos el italiano y el español por igual. Nina solo habla italiano con Lucía, y Diego solo español; seguimos el método OPOL (Un Padre, Un Idioma). En público o con otras personas, solemos hablar español por defecto porque estamos en Argentina, pero en casa, nos ceñimos a nuestros idiomas. Nos pareció natural y justo que hablara ambos desde el principio.

¿Por qué es importante para usted enseñar esos idiomas?
Nuestros idiomas son nuestras culturas, nuestras familias y nuestros recuerdos. No se trata solo de hablar, sino de que Lucía pueda llamar a su nonna en Italia o entender los chistes de su abuelo en Bolivia. Es quién es ella.

¿Cuándo decidió por primera vez criar a su hijo de forma bilingüe?
Prácticamente en cuanto supimos que estábamos embarazadas. Siempre lo dimos por hecho. No hubo una conversación real, más bien un entendimiento mutuo.

¿Seguiste una estrategia específica (por ejemplo, OPOL, ML@H) o evolucionó naturalmente?
Hemos usado OPOL desde el primer día. Nos ayuda a mantener la claridad, y hemos comprobado que Lucía responde de maravilla. Cambia entre nosotros sin problemas.

¿Cuáles fueron sus mayores preocupaciones al principio y cómo se desarrollaron con el tiempo?
Nos preocupaba que se confundiera o mezclara los idiomas constantemente. Pero aunque al principio sí lo hizo, se solucionó más rápido de lo esperado. Los niños son inteligentes.

¿Qué te ayudó a mantener la constancia en el uso de ambos idiomas? ¿Cuál es tu rutina?
Estructura. Leemos un libro cada noche en cada idioma. Normalmente comemos con Diego, así que es la hora del español. El baño y la hora de dormir son con Nina, así que es la hora del italiano. También hacemos videollamadas a ambas familias cada semana, lo que nos permite mantenernos activos en ambos idiomas.

¿Ha cambiado su enfoque a medida que su hijo crece?
Un poco. Ahora que va a un preescolar local (en español), hemos añadido más tiempo de italiano por las tardes para equilibrar la situación. También hemos empezado a dejarla ver dibujos animados italianos los fines de semana.

¿Cómo maneja usted la resistencia o cuando su hijo prefiere un idioma?
Cuando empieza a hablar español (que es más común aquí), simplemente le damos un buen ejemplo de italiano y lo hacemos divertido. Sin forzarla. A veces fingimos que Nina "no entiende" a menos que sea en italiano; se convierte en un juego.

¿Ha experimentado algún momento de avance o de orgullo en su desarrollo del lenguaje?
¡Sí! Cuando le contó a su abuela en Roma la trama completa de su cuento italiano favorito, con voces incluidas, fue un momento realmente impactante. Nina lloró.

¿Qué papel ha desempeñado su familia extendida o su comunidad al apoyar (o desafiar) sus metas?
Nuestras familias han sido increíbles. Solo le hablan en su idioma y le envían libros, notas de voz e incluso grabaciones caseras. Nuestros amigos son curiosos y nos apoyan, aunque algunos bromean diciendo que estamos "criando a una pequeña diplomática".

¿Tienes una anécdota divertida o inesperada de tu experiencia bilingüe? Nos encantaría escucharla.
Una vez, combinó la expresión de Diego “¡Qué rico!” con el “¡Che buono!” de Nina y gritó “¡Qué buono!” en la barbacoa de un vecino; quedaron desconcertados, pero ella estaba muy orgullosa de sí misma.

¿Alguna vez has sentido presión (interna o externa) por tus objetivos bilingües?
Sí. Principalmente es algo interno. A veces nos preguntamos si estamos haciendo lo suficiente o si rechazará algún idioma más adelante. Y a veces la gente dice: "¿Por qué no nos limitamos al español?". Pero estamos comprometidos.

¿Sientes que tu hijo se conecta emocional o culturalmente con ambos idiomas?
Absolutamente. Baila canciones folclóricas bolivianas y besa el teléfono cuando su abuela canta canciones de cuna italianas. Está conectada a su manera.

¿Cuál ha sido el desafío más inesperado?
Al no tener una comunidad italoparlante más amplia aquí en Buenos Aires, se requiere un esfuerzo extra para evitar que el italiano se convierta simplemente en "la lengua de mamá".

¿Qué es lo que más te ha sorprendido de forma positiva?
Con qué naturalidad cambia de idioma según con quién habla: sin vacilaciones ni confusiones. Es como si tuviera un pequeño interruptor de idioma en la cabeza.

¿Qué tecnología u otros recursos utiliza para apoyar el aprendizaje de idiomas?
Notas de voz de WhatsApp, YouTube Kids (¡cuidadosamente seleccionado!), libros bilingües, listas de reproducción de Spotify en ambos idiomas y llamadas con los abuelos. Además, algunos podcasts en italiano para niños pequeños.

¿Los entornos escolares o de cuidado infantil han ayudado o dificultado el proceso?
Es una mezcla de cosas. Su preescolar es todo en español, pero respetan otras culturas. Le permitieron traer libros en italiano e incluso organizaron una "semana de idiomas" donde enseñó algunas palabras a la clase.

Si pudieras hacer una cosa diferente ¿qué sería?
Empezar una guardería italiana antes. Esperamos demasiado para encontrar otras familias que hablaran italiano, y eso podría haber ayudado desde el principio.

¿Qué consejo le darías a otros padres que están empezando?
Persevera. Al principio puede resultar incómodo, pero se vuelve natural. No te preocupes por los errores; concéntrate en conectar. Y hazlo divertido. Los niños bilingües prosperan cuando el lenguaje viene acompañado de amor, historias, comida y juego.